Es el lugar donde la identidad cultural se imprime, organiza y expresa como experiencia viva. Este orden distinto permite -y exige- un reordenamiento de la noción occidental de violencia. Todo lo opuesto de lo que se ha entendido desde un encuadre de las oposiciones binarias tan caras al pensamiento racionalista, la crueldad se entiende como un factor funcional dentro de preciso sistema. De este modo, en el momento en que adoptamos una posición explicativa y no tanto una ética (razón), vemos que, para los individuos de El Liso en llamas, el acto violento es un acto que libera, escencial, frecuentemente constructor. Este cuento cuenta una historia en la que dos hombres recuerdan el día en el que en su pueblo ocurrió un derrumbe, por lo que el gobierno envió asistencia. Días después, el gobernador visitó el pueblo para contrastar la calidad de la ayuda mandada y le organizaron una celebración por su llegada.
Francisco Rodríguez Criado es escritor,corrector de estilo, instructor de talleres literarios y creador de una red de blogs centrados en la literatura y la corrección lingüística. Ha anunciado novelas, libros de cuentos, obras de teatro y ensayos novelados. El autor mágico-realista suele usar un estilo muy expresivo y personal, aunque se mantenga, por norma general, dentro de un tono objetivo, aparentemente simple, exacto y poco adornado. El libro de diecisiete cuentos de Juan Rulfo y sus novelas bastaron para ser merecedor del Premio Nacional de Literatura en 1970.
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Al final, un pastor de ovejas encuentra al primer hombre tirado al lado de un río con la cabeza perforada. Hola francisco, intentando encontrar «luvina» para localizar un análisis del relato encontré este sitio, y me pareció muy bueno el análisis, un enorme complemento a la lectura. Un lugar moribundo donde se han muerto hasta los perros y ya no hay ni quien le ladre al silencio; ya que en relación uno se acostumbra al vendaval que allí sopla, no se oye sino el silencio que hay en todas las soledades. Usted que va para allí entenderá próximamente lo que le digo.. “Mientras tanto, los viejos esperan por ellos y por el día de la muerte, sentados en sus puertas, con los brazos caídos, movidos sólo por esa gracia que es la gratitud del hijo… Solos, en aquella soledad de Luvina. “Los niños lloraban por el hecho de que no los dejaba reposar el temor.
Rulfo era siendo consciente de ello, y no debemos olvidar que entre sus escritos se encuentran también múltiples que se ubican en el campo de la ciudad. Este libro asimismo retrata los estragos de la Revolución Mexicana, evento que marcó la vida y obra del autor. Con la asistencia del realismo mágico, El llano en llamas retrata la que fue una realidad triste con el uso del lenguaje popular y una narración en primera persona en su mayor parte. El título mismo del relato, «Luvina», centra la atención en el pueblo, no en los individuos y menos en la acción. El personaje principal es un paraje, un lugar, un pueblo.
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Euremio culpa a su hijo recién nacido de la muerte de su mujer, pues cree que el llanto del bebé perturbó a Matilde y la logró caer. Desde ese instante, siente un odio conmensurado hacia su hijo. Euremio se despreocupa de su hijo hasta el punto de planear vender todas sus pertenencias y embriagarse para dejarlo sin herencia. No obstante, su hijo creció con asistencia y cariño de otra gente que lo acogieron. Al hijo de Euremio también le agradaba tocar la flauta.
Es este narrador el que transmite al lector su visión del mundo, de las cosas y de los hechos con una perspectiva casi siempre desoladora. En «Luvina», el narrador o voz que charla es la del personaje personaje principal-testigo que monologa absorbentemente en primera persona desde el comienzo al fin del cuento. Y su figura es intencionalmente vaga, puesto que no está descrito o caracterizado y no tiene nombre ni apariencia. «Luvina» es, quizás, la más acertada expresión literaria, la mucho más amarga y desolada, que pueda darse de la soledad, resignación y también inmovilidad de un pueblo y unas gentes, de un tiempo y un territorio. Y al finalizar la lectura nos ofrecemos cuenta de que todo el abrumador peso del relato cae inexorable y únicamente sobre la persona del profesor rural.
Y uno va con esa plasta encima para plasmarla en todas partes -dice el profesor protagonista. Rulfo muestra el absurdo de la política didáctica de un gobierno que ignora la extrema pobreza y abandono de muchos de sus regidos. ¿Qué hace la Revolución -se pregunta Claude Louffon- por pueblos como Luvina, con sus viejos escofulosos, sus mayores vestidos de negro y sus peones que no vuelven más que una vez por año para plantar otro hijo en el vientre de sus mujeres? Las promesas que el gobierno mexicano hizo durante bastante tiempo, promesas de prosperidad y también igualdad para todos, los pobladores de Luvina ahora hace un buen tiempo que no se las pueden opinar. La mayoría de las narraciones de Rulfo están contadas en primera persona por un narrador presencial que además tiende a ser el personaje principal del relato.
Los mirará pasar como sombras, repegados al muro de las viviendas, casi arrastrados por el viento. Fue la única vez que he visto reír a la gente de Luvina. Pelaron sus dientes molenques y me dijeron que no, que el gobierno no tenía madre.
Allí la llaman piedra cruda, y la loma que sube hacia Luvina la nombran Cuesta de la Piedra Cruda. El autor fue diagnosticado con cáncer y el 7 de enero de 1986 en Ciudad de México, y murió a causa de un enfisema pulmonar. Debido a su renombre se realizó pública Los murmullos, antología periodística cerca de la muerte de Juan Rulfo, una obra con notas necrológicas socias a su fallecimiento. Hemos actualizado su política de intimidad para realizar las cambiantes normativas de intimidad de todo el mundo y para darle información sobre las limitadas formas en las que utilizamos sus datos. Acceso instantáneo a millones de libros electrónicos, audiolibros, revistas, podcasts y mucho más.
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Como quien afirma, pegan el brinco del pecho de la madre al azadón y desaparecen de Luvina. Rulfo había iniciado su primaria en la localidad donde vivía. No obstante, en 1929, años tras la muerte de su madre y gracias a que su abuela no podía sostenerlo con ella, la familia lo inscribió en un orfanato y se debió mover hasta Guadalajara.